Home | Sobre la autora

viernes, 15 de abril de 2011

Daisuki | YamaJima | Oneshot

Título: Daisuki.

Pareja: Yamada Ryosuke/Nakajima Yuto (YamaJima), Okamoto Keito/Yaotome Hikaru (Hikato) (Leve mención).

Género: Slash, shounen ai, yaoi.

Extensión: Oneshot (3.551 palabras).

Trama: Fluffy (WAFF).

Fiction Rated: K (9+).

Cómo si esto ya no fuese suficiente, aquella discusión entre la persona que más le importaba en su vida y él, se había entrometido en su vida. El simple hecho de aceptar que estaba totalmente enamorado de su mejor y especial amigo, sumándole a que ambos eran del mismo sexo, grupo musical, y curso en la escuela, le había costado tanto que esto se sentía como el colmo. ¿Es que nada de aquella situación podía salir bien?

-¡Yuto!-Gritó al haberle divisado caminar varios metros delante de él, pero el menor siquiera se volteó. Al parecer le había reconocido la voz por lo que no había necesidad de voltearse a comprobar quién había sido la persona que había gritado su nombre.

-¡Yuto!- insistió el mayor, sin querer darse por vencido. Ambos se encontraban en medio de la avenida principal de la ciudad, pero aquello al Ryosuke no le importó. Yuto era demasiado importante como para darse por vencido tan fácilmente.

A pesar de morirse por querer hacerlo, no aumentó la velocidad en la que caminaba detrás del alto. Sentía que aquel no era el momento exacto para hablar, por lo que prefirió seguir detrás de Yuto hasta adentrarse en su vecindario, y allí detenerlo para conversar y aclarar aquellas disputa con él, después de todo había sido un pelea tonta, no digna de su fuerte amistad.

Tras haber caminado por más de 2O cuadras, ambos muchacho se acercaban a la zona en la que el alto vivía. Ryosuke se acomodó el abrigo que cubría su cuerpo y rostro, bajo en la posición correcta aquella gorra que cubría su cabeza, y aumentó su velocidad hasta estar a sólo pasos detrás del alto. Desde la posición en la que se encontraba pudo observar cómo es que Yuto se había colocado sus auriculares y escuchaba música al volumen más alto que estos de lo permitían.

-Al parecer no deseabas escucharme…-Se murmuró dolido.

Comenzó a bajar la velocidad en la que caminaba hasta haberse detenido completamente, y observó cómo el cuerpo de Yuto de alejaba más y más del suyo. Estaba seguro que Yuto no quería verlo, tampoco escucharlo, y menos arreglar las cosas con él.

Pero algo repentino que le hizo confundirse ocurrió. El cuerpo de Yuto, quién ya se encontraba nuevamente a metros de distancia del suyo, se detuvo, y un avergonzado Nakajima se volteó para observar el rostro, casi completamente cubierto por sus prendas, de Ryosuke, quien a pesar de encontrarse dentro del vecindario de Yuto, en donde casi no abundaban personas, aún no se había quitado aquellas prendas que sólo utilizaba para pasar desapercibido entre las fans.

-¿Por qué te has… detenido?-Preguntó en voz alta Yuto, evitando lo más posible todo contacto visual con el mayor.

-¿Ah?-Dejó salir Ryosuke, dejando más que claro que no había entendido las palabras del mayor.

Yuto suspiró pesadamente para luego sonreír con dulzura. Dando pasos lentos pero decididos, se acercó al cuerpo inmóvil de Ryosuke quien aún le observaba expectante, esperando una explicación del alto.

-He dicho que por qué te has detenido.-Le respondió Yuto al encontrarse ya frente a él y tomando al mayor de los hombros, para luego sonreírle pícaramente.

-¿S-sabía que t-te seguía?-Le preguntó Yamada perplejo.

-¡Claro que lo sabía! Me vienes siguiendo desde que salimos de la compañía, y estaba seguro que no te detendrías hasta alcanzarme cerca de mi casa.

Yuto sonreía tan normalmente que a cada segundo que transcurría, el desconcierto que sintió en un principio, se incrementó sacándole una mueca de molestia.

-¡¿Y por qué no te has detenido entonces?! Vengo siguiéndote desde que salimos de los ensayos sólo para hablar contigo y arreglar las cosas. Si no hubieses querido hacer las paces conmigo, me lo hubiese dicho y me habría ahorrado toda esta caminada.-Le reprochó el mayor, con un puchero de disgusto en su rostro.

Yuto rió feliz al verle en ese estado. En verdad no podía creer cómo hacía Ryosuke para verse tierno, lindo y sexy al mismo tiempo, todo el día, a cada momento que compartían juntos. Era algo con lo que se había acostumbrado a vivir, y que se le había vuelto indispensable para él y su vida. Sin querer que las cosas pasasen así, Yamada se había vuelto el centro de su mundo, y ya no había vuelta atrás para cambiar aquello. Se había enamorado loca y completamente de su mejor amigo, y había jurado por él mismo que aquel era el momento indicado para confesarse, y que así lo haría.

-Es que… Yo también quería hablar contigo, Yama-chan.-Dijo Yuto con tranquilidad, respondiendo la pregunto que el mayor le había hecho segundos atrás.

Se deleitó con aquel rubor y aquella mirada avergonzada que Ryosuke le había dedicado al haber oído cómo le llamaba Yama-chan. Era algo que muy pocas veces hacía a pesar de ser tan cercanos y de tener tantos años de amistad.

-¿H-hablar conmigo?-Le preguntó el mayor junto con un tartamudeó entrometido.- ¿D-de q-qué?

-¿Prefieres hablar mejor en mi casa? Creo que no es el lugar apropiado para hablar contigo.-Sugirió Yuto con una sonrisa.

Cada que le veía sonreír así, el palpitar del pobre corazón de Ryosuke de aceleraba. Era algo que se había vuelto algo normal, ya que el corazón del menor jamás podría acostumbrarse a aquellas sensaciones que Yuto le provocaba a su alma entera.

Yamada asintió torpemente, tragando con dificultad a causa de su nerviosismo. Tras haber analizado lo dicho por el alto segundos atrás, había caído en la cuenta de que hablaría con Yuto a solas en su propio hogar, ya que la madre del alto llegaba tarde a casa a causa de su trabajo. Y el pasar tiempo a solas con su mejor amigo, se había vuelto algo vergonzoso, emocionante, y necesario para él.

-Pues, entonces vámonos.-Le dijo Yuto tomando delicadamente su mano. ¿Por qué lo hacía? Ni idea, pero la felicidad que recorría todo su ser era de tal magnitud, que lo cegaba y lo llevaba a aferrarse a aquella delgada mano que tan bien encajaba con la suya.

Comenzaron a caminar a una velocidad normal y relajada. Como siempre que se encontraban en una situación así, el cuerpo de Yuto iba adelantado por tan sólo un paso que el de Ryosuke, para que así ninguno de los dos pudiese observar el avergonzado y alegro rostro del otro.

Ryosuke sentía que en cualquier momento su corazón saltaría de la rápido e intenso que latía. Yuto le causaba tantas, pero tantas sensaciones que se había vuelto casi adicto a ellas. Estaba seguro que ya no soportaría mucho tiempo sin expresar el gran amor que le tenía a su amigo, y aquello le asustaba. No estaba seguro si el alto sentía algo por él,  y lo más probable era que no, y no quería asustarlo ni alejarlo de él por una confesión que se había vuelto necesaria, pero había que tomar una decisión, y aquella sería definitivamente arriesgarse. Su pobre cuerpo ya no podía resistir más con aquel secreto que día a día le carcomía los nervios a tal punto de sentirse loco. Amaba a Yuto y necesitaba decírselo.

-Y-yuto…-Escuchó cómo Yamada murmuraba su nombre al mismo tiempo que detenía sus pasos con un leve jalón entre sus manos tomadas.

El nombrado se volteó casi al instante, sólo para encontrarse con un Ryosuke con cabeza gacha y mejillas totalmente sonrojadas que sólo eran iluminadas por un farol de luz que se encontraba en la esquina de aquella misma cuadra y que iluminaba con poca intensidad su alrededor.

Yuto se extrañó por verlo en tal estado, pero fue mayor la atracción que sintió hacía él en ese mismo momento. Sin poder evitarlo, Ryosuke decía o hacia cosas que volvían loco de amor a Yuto, cosas como el ruborizarse cuando decía cosas vergonzosas que le incomodaban, o hacer puchero cuando no estaba conforme o feliz con algo, reír con suma felicidad cuando estaba a su lado, y verse tierno, completamente tierno mientras comía aquellas fresas que Yuto siempre llevaba para que comiese de postre en el almuerzo de la escuela. Y algo que le enloquecía siempre, pero siempre, era observar sus tiernos y perfectos labios, que parecían llamarlo para probarlos cada que estaba cerca del mayor. Eso sin contar lo sexy que se veía en cada concierto que los JUMP habían tenido.

-¿S-sí?-Preguntó con torpeza, saliendo de aquel trance en el que se había metido.

Ryosuke estaba preparado para hablar, listo y predispuesto para confesarse y aceptar sea cuál sea la reacción que Yuto tomaría, pero, de la forma más cruel y dolorosa, fue interrumpido.

-¡Yuto, Yamada!-Se escuchó que exclamaban sus nombres a sus espaldas. Ambos muchachos se voltearon lentamente, pensando en lo que ocasionaría la presencia de aquella persona.

-K-keito…-Intentó imitar el tono de voz que su compañero había utilizado.

-¿Y qué hacen por aquí?-Preguntó con ánimos Okamoto Keito, al parecer estaba feliz.

-Yo ya me iba.-Respondió con amargura Ryosuke, soltando con brusquedad pero disimuladamente la mano que aprisionaba a la suya, ya que aparentemente Keito no había notado aquella unión entre ellos.

-¡¿Eh?!-Exclamó Yuto al oír aquellas palabras y al sentir tal alejamiento del mayor.

-Tengo que irme.-Le respondió Yamada, en un intento vano de querer desaparecer aquel odio y celos que le causaban ver a Keito cerca de su querido Yuto.

-No puedes irte.-Le contradijo Yuto, volviendo a tomar su mano con delicadeza, sin que Keito lo notase,

-Yuto, debo irme.-Le insistió el mayor intentando zafarse de su agarre, pero no lo lograba, y agradecía la poca iluminación que había en aquella calle, de esa manera Keito no podía alcázar a divisar lo que él intentaba separar, sus manos ahora entrelazadas.

-Lo lamento, pero no te irás así.-

-Pero…

-¡Adiós Keito!-Exclamó Yuto comenzando a caminar a una alta velocidad para arrastrar consigo el cuerpo de Ryosuke, quién se quejaba y mascullaba en voz alta, exigiendo que soltase su mano para poder irse de allí.

Keito sonrió con ternura. Le agradaba verlos juntos, a pesar de saber que su presencia cerca de ellos, arruinaba cualquier momento amoroso que jamás lograba finalizar como debía.

-Lo siento, me esperaste mucho.-Escuchó como murmuraban cerca de su oído mientras unas brazos le rodeaban la cintura.

-Descuida, acabo de llegar.-Le respondió Keito en el mismo tono que el otro, recargando su cabeza en el hombro del mayor mientras acariciaba las manos que lo sujetaban sobre su pecho.

-¿Aquellos no son Ryosuke y Yuto?-Preguntó curioso el alto.

-Ajá, son ellos. Acabo de arruinarles el momento otra vez.-Respondió Keito con fastidio.

-Descuida, verás que pronto terminaran juntos. Sabes que es algo que sólo debe pasar. Además, estoy un poco de acuerdo con los celos de Ryo-Chan. Tú y Yuto son muy cercanos, y eso me molesto.-Le reprocho el mayor, relajando el agarre para que así el menor se voltease y poder tenerlo frente a frente.

-Pero ambos saben que sólo somos amigos, ¿Por qué los celos?- Murmuró Keito acercándose hacía el rostro del mayor.- Tú no debes por qué estar celoso, sí estas más que enterado que soy sólo tuyo y que te amo con todo mi corazón, ¿Verdad?

-Tienes razón…-Le respondió con ternura el castaño, respondiendo a los movimientos de Keito, quien había recargado sus manos en el cuello del mayor, anticipándose a sus siguientes movimientos. Las manos del alto se posicionaron sobre la cintura del menor y, acercando aún más su cuerpo al suyo, murmuró sobre sus labios.- Tú… ¿Me amas?

-Te amo, Hikaru.

-Yo también te amo.





Yuto seguía arrastrando el cuerpo del menor detrás suyo. No entendía por qué hacía todo ese numerito, pero en verdad deseaba hablar con el mayor. De alguna u otra manera, sentía que Ryosuke había estado por decir algo en verdad importando, y deseaba escucharlo a como de lugar.

-¡Yuto! ¡Yuto!-Gritaba Ryosuke una y otra vez mientras intentaba que el otro se detuviera, y así lo hizo. De momento a otro el cuerpo de Yuto de inmovilizó provocando que el cuerpo de Ryosuke chocara contra el suyo bruscamente.

-¿Por qué te detuviste así?-Preguntó preocupado el mayor.

-¿Qué no quería que me detuviera?-Preguntó Yuto con una gran sonrisa al momento en que se volteaba para observar el rostro preocupado del mayor.

-¡¿Ah?! ¡Baka! ¡Me asustaste!-Exclamó Ryosuke queriendo parecer molesto mientras volvía a intentar zafar su mano de la de Yuto, quién lo tomaba con fuerza para que no se alejara. De un momento a otro Ryosuke sintió un jalón que descendió de su mano a su brazo, y casi al instante su cuerpo se encontraba aprisionado sobre la pared de una casa de por allí, mientras que Yuto coloco ambos brazos a cada lado de la cabeza de Ryosuke.

El cuerpo entero del mayor se paralizo al notar lo cerca que el alto se encontraba de su cuerpo, y con la intensidad con la que le miraba, como si esperase algo de parte del mayor. 

-Ryosuke…-Murmuró Yuto desviando su vista hacia de los ojos del otro con aire pensativo.- ¿Qué era lo que me ibas a decir hace un rato?

Bruscamente las mejillas de Ryosuke se tintaron de un color rojizo intento al pensar en lo que minutos antes estaba a punto de confesar.

-N-nada.-Respondió al instante, incrementando la intriga del alto que se había vuelto para mirarle.

-No te creo…-Le dijo Yuto con una sonrisa dulce.

-Pues, es tu problema.-Le respondió Ryosuke en tono molesto, desconcertado por la felicidad que el mayor transmitía.

En verdad Yuto lucía feliz, y eso le hacía pensar demasiadas cosas a Ryosuke. Seguramente, Yuto se encontraba tan feliz por haberse encontrado con Keito, porque Yamada tenía la errónea idea de que al alto le gustaba Keito, por ello pasaban tanto tiempo juntos. Y sin querer que pasara así, las lágrimas se amontonaron sobre sus ojos hasta comenzar a caer una detrás de otra.

La expresión de felicidad que Yuto llevaba impregnada en su rostro, cambió completamente. Lo más doloroso que podía ver en su vida, era ver a su querido Yama-Chan llorar, era algo que simplemente no soportaba.

-Ryosuke, ¿Qué ocurre?- Preguntó Yuto preocupado.}

Sí, se sentía muy bien, se oía muy bien su nombre dicho por el mismo Yuto, pero eso era algo de lo  que no podía alegrarse en ese momento. El dolor en su pecho era tal que no le permitía pensar en otra cosa que no fuese Yuto y su amor por Keito.

-Ryosuke, dime que te ocurre, por favor…-Insistía Yuto al ver como lágrimas y lágrimas caían por sobre las mejillas del menor.

-N-nada…-Le respondió con dificultad el mayor, secando torpemente sus mejillas con la manga de su abrigo.

-No te creo, ¡Me estas mintiendo!-Yuto comenzaba a alterarse ante el estado y la negación del mayor. ¿Por qué simplemente no le decía qué era lo que le ocurría y ya? Es que acaso… ¿Ya no confiaba en él?

-Ryosuke…

-Te has puesto feliz porque has visto a Okamoto, ¿Verdad?-Preguntó Yamada sin poder mirarle a la cara a Yuto, y agregándole un tono rencoroso a la pregunta

-¿Qué?-Preguntó el alto confundido.- ¿De qué estás hablando?

-No tienes por qué negar nada, Yuto… Te gusta Keito ¿Verdad?-A Ryosuke le dolía preguntar aquello, y más saber al fin que era verdad, pero era momento de oírlo y de aceptarlo.

-¡¿Qué?!-Exclamó Yuto desconcertando al menor con el tono confundido con el que había exclamado aquella palabra.- Ryosuke, ¡A mí no me gusta Keito!-Exclamo perplejo.

-P-pero…

-En verdad, no me gusta. ¡Solo somos amigos!-Decía Yuto aún exaltado bajo la mirada perpleja del mayor.

-¿N-no te gusta…?-Preguntó Yamada aún sorprendido.

-No…-Le respondió suavemente Yuto, sintiéndose realmente aliviado de aclararle esa idea a Ryosuke. Este último suspiro con pesadez, aún sin poder salir de ese trance. Todo ese tiempo había pensado que Yuto estaba enamorado de Keito, pero en realidad eso no era verdad.

-A mí me gusta otra persona…-El tono de voz que yuto había usado había sido tan dulce que llamó por completo la atención del mayor, quién levanto la vista para encontrarse de nuevo a Yuto en la misma posición, acorralándolo sobre aquella fría pared, mientras su cuerpo se encontraba cerca, muy cerca del suyo.

-Yuto…-Murmuró siendo interrumpido.

-Ryosuke, dime la verdad… Tú, ¿Estabas celoso?- Aquella pregunta le descolocó por completo. Yuto en verdad, pero en verdad le había tomado por sorpresa.

-¡¿Eh?! ¡¿Yo?! ¡¿Celoso?! ¡Claro que no!-Exclamó más que exaltado.

-¡Oh! Ah, lo siento entonces.- EL brillo que deslumbraba los ojos del alto había desaparecido.

Yuto se alejó del cuerpo de Ryosuke y se enderezó intentando mantener aquella sonrisa que ya no quería permanecer allí.

-¿Y-yuto?-le llamo Ryosuke preocupado.

-Lo lamento Yama-chan, debo irme. Adiós.- Y sin esperar respuesta dio media vuelta y comenzó a caminar en dirección a su hogar.

-¡¿Eh?! ¡Yuto! ¡Espera, Yuto! ¡¿Qué ocurre?!-Gritaba el mayor intentando darle alcance al otro que se alejaba cada vez más y más. No… No podía permitir que Yuto se alejase de su lado. ¡No podía! Era… Era ahora o nunca.

-¡Yuto…! ¡Me gustas!-Grito con todas sus fuerzas ya que el mayor se encontraba muy lejos.

Observó como el cuerpo del alto se detuvo bruscamente al oír estas palabras, y un nerviosismo inmenso invadió todo su ser. No quería oír su rechazo, no estaba listo aún, pero ya no había vuelta atrás. Era ese el momento, ya no había otro.

Espero unos segundos, espero hasta ver cómo Yuto comenzaba a reaccionar lentamente, viendo como comenzaba a mover su cuerpo poco a poco.  Y entonces este se volteó.

Ryosuke sintió como su cuerpo se tensaba de repente, Yuto comenzó a caminar  una velocidad un tanto acelerada en dirección al mayor. Su rostro era cubierto por si negro flequillo, y solo quedaba la visto sus finos labios, que no expresaban emoción alguna.

Yuto estaba cada vez más cerca, ya casi llegaba a su lado, estaban solo a pasos de distancias. Y por fin aquella pequeña lejanía que los separaba, desapareció.

Cuando por fin el cuerpo de Yuto llego hasta donde se encontraba Ryosuke, no se detuvo sino cuando, sin decir palabra alguna, dirigió su mano derecha hacía la mejillas del mayor y, atrayendo su rostro al suyo, le beso los labios tan delicadamente que Ryosuke sintió que moriría allí mismo.

Los labios de Ryosuke eran del deliciosos, tan exquisitos, que tuvo la necesidad de más y, siguiendo sus propios instintos, tomó le cintura del menor entre sus brazos y acercó el cuerpo del más bajo al suyo, sintiendo como este rodeaba su cuello con sus brazos. Aquel beso se intensificó, y pronto pudo sentir como la lengua del mayor acariciaba la suya con tanta delicadeza y dulzura, que su amor por Ryosuke se multiplico por mil. Sentir su cuerpo combinado con el suyo era algo que le encantaba, que lo adoraba, los labios se Ryosuke sabían tan bien, su lengua acariciar la suya era algo tan delicioso. Sus dedos enredarse en su cabello era algo único, y aquel beso lo fue todo.

Por fin todo estaba quedando tan claro, tan claro que era algo completamente cegador. Ellos estaban expresando lo que tanto les había costado decir con palabras. Lo que tanto les había costado no decir, y por lo que tanto habían sufrido. Pero ya nada importaba. Ahora estaban juntos, y el separarse era algo que sonaba tan estúpido, que estaban seguros que aquellos jamás ocurriría.

-Me gustas…- Murmuro Ryosuke sobre los labios del mayor cuando se vieron separados. Sus ojos aún permanecían cerrados, y su frente descansaba sobre la del otro, mientras que su respiración luchaba por regularizarse.

-Ryosuke…-Murmuró Yuto llamando la atención del otro quien abrió los ojos al instante, pero lentamente.- Me gustas mucho.- Finalizó cuando sus miradas se hubieron encontrado.

Una inmensa felicidad inundaba ambos cuerpos.  Era algo tan único, tan lindos, que no cabía palabra para expresar lo bien que se sentían junto al otro.

Ryosuke se lanzó a los brazos del otro, fundiéndose en un fuerte abrazo que decía lo feliz que se encontraba.

-Esto ha sido tan difícil…-Murmuró ocultando su rostro en el pecho del alto.

-Lo sé, pero al fin ya estamos juntos, ¿O no?-Preguntó Yuto con una sonrisa, previniendo la reacción del otro.

-¡Claro!-Exclamó Ryosuke alejando su rostro del acogedor pecho de Yuto, pero así elevar su rostro y acercarlo hasta el rostro del otro, depositando un dulce beso sobre sus labios.

-Tu labios saben demasiado bien…-murmuró Yuto observando les enrojecidas mejillas del mayor.

-¡Moo, no digas esas cosas Yuto!-Exclamó Ryosuke avergonzado.

-¿Sabes…? Yo.. T-te amo, Ryosuke. En verdad te amo.- Yuto observó fijamente los ojos del otro, expresando aquello que tanto había permanecido en su interior por tanto tiempo.

-Yo también te amo, Yuto. Siempre te he amado.- Esa sonrisa, esa dulce sonrisa que le dedico el alto fue todo. Aquel amor se hizo tan fuerte que al fin ambos pudieron confesárselo, por fin pudieron decir aquello que tanto necesitaban gritar. Al fin estaban juntos, y se sentía que jamás se separarían.

-Ne, Hikaru. Tenías razón. Estos tarde o temprano estos dos terminarían juntos.-Murmuró Keito recargando su cabeza sobre el hombro del mayor quien se encontraba a su lado, mientras ambos observaban con ternura a Yuto y Ryosuke, quienes estaban a varios metros de distancia.

-Te lo he dicho. Ellos simplemente debían confesarse.-Respondió Hikaru entrelazando sus dedos con los de su novio.

-Siempre tan inteligente.-Respondió Keito con una sonrisa.- Entonces, ¿YamaJima forever?-Preguntó en tono de broma.


-YamaJima forever.- Respondió el alto riendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Un pequeño comentario me haría realmente feliz y tú estarías alentándome a escribir mucho más. Gracias. ♥(: