Título: Tan’ni kanpekina.
Pareja: Yabu Kota/Morimoto Ryutaro (Yabutaro).
Género: Slash, shounen ai, yaoi.
Extensión: Oneshot (1.174 palabras).
Trama: Fluffy (WAFF).
Fiction Rated: K (9+).
Pareja: Yabu Kota/Morimoto Ryutaro (Yabutaro).
Género: Slash, shounen ai, yaoi.
Extensión: Oneshot (1.174 palabras).
Trama: Fluffy (WAFF).
Fiction Rated: K (9+).
El pequeño Ryutaro no sabía qué estaba ocurriendo en su
interior. Cuando esa persona estaba cerca, su corazón latía velozmente, sin
encontrar alguna solución para detenerlo. Decía cosas que jamás diría, y se
comportaba estúpidamente, como si al estar con aquella persona se trasformara
completamente. ¿Por qué? No tenía idea…
-¡Ryutaro-kun!-Gritaron a sus espaldas. El joven de cabellos
oscuros sintió como su mente se nublaba en ese mismo instante y, sin poder
evitarlo, sus mejillas enrojecieron sin poder voltearse a observar a aquellas
persona.-¡Ryutaro!-insistieron. Lentamente se giró, encontrándose con esa
sonrisa única de esa persona, acompañada de unas mejillas sonrojadas, su
respiración agitada, y aquel brillo único impregnado en sus ojos.
-Ryutaro…-Dijo en un tono suave acompañado de un suspiro
aliviado, mientas que detenía sus pasos hasta estar frente al pequeño que ya
casi le igualaba en altura.
-¿N-nani?-Preguntó Ryutaro con tu voz levemente temblorosa.
-¡Aún no me has permitido entregarte tu regalo de
cumpleaños!-Exclamó el alto con un tierno puchero en su rostro que solo provocó
que aquel enrojecimiento en sus mejillas, aumentara intensamente.
-M-mi… ¿Regalo de cumpleaños?-Preguntó el menor algo
sorprendido. A pesar de que ese mismo día era, claramente, su cumpleaños, no
esperaba obsequio de parte de ninguno de sus compañeros de JUMP puesto que
ellos ya le habían organizado una mega fiesta sorpresa en la Johnny. Por lo que
al oír aquellas palabras del mayor, se sorprendió notablemente, provocando una
risa divertida de parte del mayor, y un nuevo sonrojo en sus mejillas.
-¿Q-qué es?-Preguntó avergonzado el menor, esperando,
inconscientemente y con emoción, el susodicho regalo nombrado, que lo más
especial que llevaba consigo era el simple hecho de provenir nada más y nada menos que de Yabu Kota.
-Pues, para poder entregarte tu obsequio, debes…-Se detuvo
dudoso, pero, al sentir la insistente mirada
del menor sobre él, sonrió con ganas y finalizó aquella oración.- Cerrar
los ojos.
-¿Eh?-No pudo evitar mascullar.
-Sí, cierra tus ojos.-Les respondió tranquilamente el mayor.
-No me dolerá… ¿Verdad?-Yabu rió al escuchar esa inocente
pregunta de parte del bajito.
-¡Claro que no! ¿Qué crees? ¿Que soy Yama-chan?-Ante estos
comentarios, Ryutaro no pudo evitar soltar una carcajada para luego sonreírle
con complicidad al mayor, quién le devolvió aquella dulce sonrisa feliz y
gustoso.- Y bien… ¿Cerraras tus ojos?-Le preguntó insistente.
-No lo sé…-Respondió dudoso Ryutaro.
-¡Vamos Ryu-chan! Es mi regalo de cumpleaños.. ¿Qué acaso no
quieres recibirlo?-Le preguntó aparentando estar sumamente ofendido, algo que
ni Ryutaro se creyó.
-¡Esta bien!-Exclamó derrotado. El simple hecho de cerrar
sus ojos para recibir su regalo, le ponía medio nervioso, pero en la persona en
la que más confiaba en ese planeta era en Yabu Kota, por lo que, siguiendo sus
instintos, confió plenamente en aquella sonrisa tranquila que posaba en su
rostro y, lentamente, bajo sus parpados hasta tener los ojos completamente
cerrados. Al verlo, Yabu no pudo evitar sonreír complacido. Era una imagen en
verdad adorable la que tenía frente a él.
-Bien, ahora… Quiero que tomes mi mano.-La mueca de
inconformidad en el rostro de Ryutaro fue obvia, a pesar de que sus ojos aún
estaban cerrados, y ante aquel roce que Yabu había hecho hacia la mano relajada
de Ryutaro, sólo para que este notara que sus manos estaban muy cerca y que el
esfuerzo que debía hacer era menor.
-¿Por qué?-Preguntó confundido y sonrojado.
-¡Tú sólo hazlo!-Le respondió con una enorme sonrisa el
mayor. La mano temblorosa de Ryutaro tomó tímidamente la del mayor quién, como
si aquello fuese algo realmente necesario para él, o para ambos, entrelazó sus
dedos dulcemente y aferró su mano hacia la del menor con una leve presión que a
ambos les agradó.
-Y-y.. ¿Ahora?-Preguntó agotándose de su mismo nerviosismo.
-Disfrútalo…-Murmuró el mayor.
De momento a otro Ryutaro pudo sentir el calor que el cuerpo
de Yabu brindaba, muy cerca suyo. Su respiración se vio mezclada ante otra que
desconocía pero intuía de quién podría provenir, y su cintura se vió rodeada de
un fuerte brazo que acercó y apego su cuerpo al del otro. Sus labios sintieron
un leve roce que provocaron un suave temblor en todo su cuerpo, y sus ojos se
abrieron para cerrarse rápidamente al comprobar que sí se trababa del mismo
Yabu quién había llevado a cabo todos esos rápidos movimientos.
Muy pronto, pero tardío al mismo tiempo, los labios del
menor sintieron esa presión que, sin saberlo, necesitaban probar. El corazón de
Ryutaro se aceleró de manera anormal al sentir los suaves movimientos que los labios
le Yabu le transmitían a los suyos, incitándolos a corresponderle en esos leves
movimientos que pronto de vieron profundos e intensos. Sus respiraciones se
mezclaban al igual que sus salivas, y sus lenguas se acariciaban tan
placenteramente, que no había la más mínima necesidad de detenerse. Sin poder
evitarlo, las manos del menor tomaron el rostro del alto, como si quisiera que
sus rostros se apegaran aún más para poder sentir esos feroces roces más
intensamente, y las manos y brazos de Yabu acercaron aún más el cuerpo del
menor hacia suyo, envolviendo ambos cuerpos en un abrazo del cuál no querían
que terminara jamás.
Pero, a pesar de lo grandioso y maravilloso que fuera, toda
cosa en algún momento debía acabar, y aquel momento no fue la excepción. La
falta de aire ya era extrema, y sus pulmones no podrían resistir más tiempo sin
oxígeno a pesar de que su mente rogara porque sus labios no se separasen jamás.
Sus ojos aún permanecían cerrados, sus cuerpos fundidos en
aquel abrazo que no habían rompido en ningún momento, y sus respiraciones
queriendo regularizarse para así poder tener el valor de decir algo.
Lentamente, los párpados de Ryutaro se elevaron para dejar a
su vista la feliz mirada que Yabu le transmitía, sin evitar el sonrojarse
sintiéndose tan feliz como nunca.
-Feliz cumpleaños.-Le murmuró Yabu muy cerca de sus labios,
sin apartar su mirada de la suya.- Y… Me gustas.
Ryutaro no pudo sentirse más feliz al oír aquellas palabras.
Sin poder evitarlo una enorme sonrisa se formó en su rostro y, haciendo de
aquel abrazo algo más divertido y torpe, se lanzó a los brazos del otro,
aferrándose a su cuerpo con necesidad, trasmitiéndole esa felicidad que con
palabras era difícil de expresar.
-¿Eso quiere decir que me correspondes?-Preguntó el alto
riendo alegremente.
-¡Baka! ¡Claro que te correspondo!-Le respondió el otro
riendo también.
-Entonces…-Dijo en tono bajo el mayor, alejando el cuerpo de
Ryutaro lo suficiente para deleitarse con su rostro sonrojado, su sonrisa
contagiosa y un inusual brillo en sus ojos.-Dilo más claramente.-Murmuró sobre
sus labios. Las mejillas del menor incrementaron de color, pero aquello no le
molesto. Sólo observó el rostro del mayor con picardía y, siguiendo sus
instintos, rodeó el cuello de Yabu con sus brazos al mismo tiempo que sentía
como los brazos del mayor se posaban en su cintura.
-Me gusta mucho.-Le murmuró para sentir una vez más aquellos
labios apoderarse de los suyos, mientras su cuerpo se deleitaba con esas caricias que no podían evitar transmitirse el
uno al otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Un pequeño comentario me haría realmente feliz y tú estarías alentándome a escribir mucho más. Gracias. ♥(: