Home | Sobre la autora

miércoles, 16 de marzo de 2011

I never turn away from you | Inoodai | Oneshot

Título: I never turn away from you  

Pareja: Inoo Kei/Arioka Daiki (Inoodai).

Género: Slash, shounen ai, yaoi, lemon.

Extensión: Oneshot (1.746 palabras).

Trama: Fluffy (WAFF).

Fiction Rated MA (18+).

Nota: ¡Hola a todas mis queridas lectoras! Sé que esto no se esperan, pero... ¡Hoy les traigo mi primer lemon! Lamento si está medio feo, si se nota mi falta de experiencia en escribir detalladamente un encuentro sexual, pero prometo mejorar con el tiempo. Me sorprendí a mí misma al no ser mi primer lemon un Yamajima, pero no importa, Inoodai me inspiró así que soy feliz♥.


I never turn away from you
Necesitaba ahogar mis penas y, acurrucado entre las sábanas, comencé a sollozar, lenta y silenciosamente. El mundo había perdido sentido para mi, y las ganas de desaparecer se hacían cada vez más fuerte cuando una gota más caía dejando un cristalino camino sobre mi mejilla hasta perderse bajo mi mentón. ¿Cómo podría ser tan mala persona? ¿Cómo era posible que lastimase los sentimientos aquella persona como lo hacia yo? No tenía perdón... A pesar de separarme de él por el simple hecho de vivir un amor entre dos hombres, era lo que menos me importaba. Yo no quería que Inoo Kei arruinase su futuro sólo por mí. Apenas dos días antes de terminar con nuestra relación, él había mencionado una beca muy importante para él en un prestigioso instituto en EE.UU. Fue entonces cuando sentí mi mundo derrumbarse. ¿Él me dejaría? ¿Se marcharía de mi lado como si yo no importase nada para él? No.. ¡No podía! ¡No podía hacerme eso! Pero... Pero fue cuando analicé lo que pasaba por mi cabeza en ese momento. Esto no se trataba de mí, sino de él. Era su futuro no el mío, por eso no debía arruinarlo.

...

Presione lentamente el botón de la contestadora, cómo queriendo retrasar mis propios movimientos y el tiempo, esperándome lo obvio.
-¿Daiki? Sí, soy yo otra vez. Solo... Daiki, quiero saber qué ocurre. ¡Por favor! ¡No puedes desaparecer de un día para el otro!-Me quite la mochila de la espalda, tirándola sobre el suelo.- Yo... Yo te necesito Daiki, y lo sabes. Al menos...  Al menos dime por qué te alejaste de mí...- Me quité mi abrigo al igual que la bufanda que cubría mi cuello protectoramente.- Si sólo me dijeras qué hice más, o... O si ya no me quieres..-Observé mi alrededor con pesar, para luego casi tirarme sobre el suave sofá de la sala de estar, sintiendo cómo mis ojos lentamente se humedecían, mientras esa opresión en mi pecho aumentaba a cada palabra pronunciada por Kei.- ...Tú.. ¿...Tú ya no me amas?-Sollocé de forma exagerada. ¡¿Cómo podía pensar eso?! Es que... ¡Eso era una tremenda estupidez!
-Con que aún me amas...-Me volteé como un rayo al escuchar aquella voz detrás de mí.
-Kei...-Murmuré paralizado. ¿Que hacía Inoo Kei, un Inoo Kei con ojos llorosos y respiración algo acelerada dentro de mi hogar?
-Daiki...-Murmuró tan suavemente que sólo supe lo que decía leyendo sus labios, para luego sollozar tan dolorosamente que sentí como lágrimas comenzaban a caer desde mis ojos.- Tú... ¡Tú me amas!-Paralicé.
Inoo se acercó a mi  dando pasos apurados, hasta llegar al la parte trasera del sofá, quedando frente a mí mientras su pecho subía y bajaba agitadamente. A una velocidad desesperadamente lenta, se puso en cuclillas hasta que su rostro, casi solo sus ojos, aún vidriosos y sus mejillas brillosas, quedaron exactamente frente a los míow, paralizado aún.
-Tú me amas...-Insistió nuevamente en un murmullo que en esa ocasión sí pude oír.-Kei...-Me impresionó lo débil que se oía mi voz en ese momento.
- ¿Q-qué haces aq-quí?
-Tú... Daiki, ¿Por qué me dejaste?-Sus palabras, no sé de qué forma, me destrozaron el alma. Tal vez por la voz dolorosa que usó al decirlas, o por el gesto de desesperación que reflejaba su rostro. O quizá... Por todo aquello.
-Kei, creo que debes irte.-Solté de uno al salir de aquel trance al que me había transportado, poniéndome de mi tan rápido como pude.
-¡No!-Exclamó dolido.- ¡No me iré hasta que me digas por qué te comportas así!-Kei...-¡Tú...! Tú... ¿Aún me amas?- ¡¿Por qué tenía que preguntar cosas así en momentos como ese?! ¡Claro que lo amaba! Pero... No debía saberlo.
-Kei, por favor... Vete.-Pude ver reflejado el efecto negativo que mi palabras habían provocado en él, reflejado en sus ojos. De ellos comenzaron a caer lágrimas, una tras otra cómo si no tuvieran fin. Pero no... ¡No podía ceder! Esto... Esto era por él, no por mí. ¡A mi me destrozaba no estar a su lado! Era tan... eran tan... tan... doloroso.-Daiki...-Oí que murmuraba mientras observaba mis lágrimas caer, al igual que las suyas, cómo si no tuviesen fin. Sintiendo que no tenían fin. Se acercó a mi a un paso normal, y, al estar a escasos pasos de mi, alzó sus brazos al aire, anticipando su siguiente actuar, pero no me negué. No pude, no quería negarme. Sus brazos delicadamente envolvieron mi cuerpo, cómo tantas veces lo habían hecho, brindándome aquel calor que tanto necesitaba mi ser, y todo mi yo. Me aferre a su espalda como nunca lo había hecho, mojando la camisa de Kei con mis inmensas lágrimas, mientras él mojaba parte de mis hombro con aquellas pocas lágrimas que caían hasta chocarse con aquella parte de mi cuerpo.Al sentir cómo se alejaba sólo un poco de mí para observar mi rostro, pude prevenir qué era lo que quería, lo que necesitaba. Por un  momento, sólo cuando sentí que acercaba su rostro al mío, quise negarme, intentando apenas alejarme de él, ya que sentía que no tenía fuerzas, mientras él me apegaba aún más a su rostro al ver lo que intentaba hacer. Pero esto sólo fue en un momento. Me era tan difícil negarme a sus besos, a sus labios, que no pude negarme cuando sentí aquel roce de sus labios sobre los míos que tanto me enloquecía. Y entonces, su humedad se compartió con la mía, nuestro labios por fin se reunieron, queriendo estar juntos para siempre. Pude sentir cómo movía sus labios sobre los míos con un deje de desesperación, de necesidad, cómo lo hacia yo, sin querer aumentar la velocidad, ya que de esa manera el sabor de la única persona que amaba en este planeta, se sentía tan bien, tan incomparable. Su lengua acarició delicadamente la mía, mientras sus manos se adentraban sobre mis cabellos, y mis manos se introducían debajo de su camisa, acariciando delicadamente la suave piel de mi amor, sintiendo cómo su piel se erizaba a cada roce mío. Dejó de besar mis labios para saborear la piel de mi cuello con succiones profundas y totalmente deliciosas, que me llevaban a un placer del que no me quería despegar. Mis manos viajaron desde su espalda hasta su pecho, para bajar hasta verse cubiertas por la tela de su camisa, y así subir lentamente hasta el primer botón de esta para comenzar a desabrochar botón por botón, acariciando a su paso la suave piel de Inoo que se veía descubierta.Al ya tener su pecho  descubierto frente a mi, mis manos no tardaron en recorrerlo con ansiedad cada centímetro de este, sintiendo la suavidad de su torso al tacto de mis propias manos. Un gemido se escapo de entre mis labios al sentir su mano sobre la tela del pantalón que cubría la parte más delicada de mi cuerpo. Eso... Eso ya era demasiado. Pero no podía, no quería detenerme. Necesitaba sentirlo dentro de mí, lo necesitaba...Lo tomé de los hombros con desesperación, empujándolo para que cayera sobre el sofá en donde, ya varios minutos antes, mi cuerpo reposaba en él mientras escuchaba su sofocada voz a través de la contestadora de mi hogar. Casi al instante, mis caderas se encontraron sobre las suyas haciendo fricción intencionalmente sobre nuestros miembros ya despiertos debajo de la tela de nuestros pantalones, sacándonos gemidos de placer que ninguno de los dos quería callar.No sé cómo, no sé cuando, pero, cuando menos me lo esperaba, pude sentir su cuerpo desnudo sobre el mío, su respiración agitada y entrecortada, y sus dedos, humedecidos de mi boca, se entreabrían dentro de mi entrada, sacándome gritos de placer y dolor que, segundos después, serían aún más intensos al sentir el miembro de Kei dentro de mí.   Busqué sus labios con desespero, necesitaba sentirlos sobre los míos, necesitaba algo de distracción, el dolor aumentaba cada que introducía un dedo más hacia mis adentros, hasta que mi entrada se vio lo suficientemente dilatada para por fin sentir más que nunca, el calor de Kei dentro de mí. Y así fue. Pronto, muy pronto, sentí cómo las paredes de mi estrecha entrada, de veían invadidas por el miembro de Kei. No fue doloroso cómo lo esperaba. Tal vez la intensidad del amor y del cariño fue tan grande, que el dolor que ambos esperábamos que sentiría, desapareciendo, sacándome tremendo grito de placer que fue acompañado por un fuerte gemido de parte de Inoo, quién me miro con deseo y lujuria, cómo nunca lo había hecho, cómo me gustaría que siempre lo hiciese.Las embestidas comenzaron intensas desde un comienzo. Kei entraba y salio de mí con tal intensidad, que los gemidos no alcanzaban a expresar el placer que invadía mi cuerpo en ese momentos. Mis manos temblaban mientras tomaba el rostro de Inoo para acercarlo a mi rostro y besarle con suma pasión. Mi cuerpo vibraba cada que el miembro de mi poseedor tocaba aquel punto débil que me llevaba a la locura. Mi cuerpo subía y bajaba sin control al haber cambíado de posiciones. Mis ojos se deleitaban al ver el rostro sudoroso de Kei mientras sus ojos miraban los míos, lujuriosos. Su mano estimuló mi miembro al sentir que casi se venía, llenándonos a ambos de un placer cegante. Mi cuerpo de vio invadido por su cálido liquido, al igual que su mano del mío. Nuestros cuerpos experimentaban esos espasmos fantásticos que te nublaban la mente por un instante, para luego dejarse vencer exhaustos sobre el sofá. Mi cuerpo se vio rodeado por sus brazos una vez más, mi rostro quedó oculto sobre su pecho, y mi corazón... Mi corazón palpitaba tan aceleradamente, aún al haber terminado nuestro acto de amor. Ya había tomado la decisión que marcaría nuestros destinos. Jamás le dejaría ir. Si, seria un completo egoísta, pero yo sin Inoo Kei no podía vivir, y Inoo Kei sin mí no podía vivir, lo sabía. Nos necesitábamos mutuamente, por lo que nada nos podría separar. Nada nos debía separar. Yo... Yo viviría para estar a su lado, y jamás, nunca más, nunca, nunca, me alejaré de su lado.
-Te amo.-Murmuré en su oído al ver cómo se veía invadido por el morfeo. sonría entre sueños aferrándome más a su lado.
-Lo sé.-Respondió seguido de una pequeña risita.- Te amo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Un pequeño comentario me haría realmente feliz y tú estarías alentándome a escribir mucho más. Gracias. ♥(: